martes, 28 de mayo de 2013

Teatro Neoclásico

El neoclasicismo es una de las corrientes características del siglo XVIII. El teatro neoclásico nace con dos preocupaciones principales, una de carácter estético y otro ético.
Desde el punto de vista formal es un teatro preocupado por guardar las reglas de las tres unidades,
- la unidad de tiempo: una representación cuyo tiempo interno no pase de las 24 horas,
- unidad de lugar, que se represente en un solo escenario por el que entran y salen los diversos personajes de la obra
- y la unidad de acción, tres actos que se correspondan con la presentación, el nudo y el desenlace.
El teatro aspira a convertirse en instrumento de reforma cívica y moral. Pretende transformar a la sociedad enseñándole desde el escenario los vicios que debe evitar y las virtudes que debe imitar. Este propósito educativo junto con la rigidez que suponen las normas citadas anteriormente hace que este tipo de teatro no haya producido grandes obras ni haya contado con el entusiasmo popular.

La gran figura del teatro español del siglo de las Luces es Leandro Fernández de Moratín, creador de la comedia moratiniana, en la que ridiculiza los vicios y costumbres de su época, intentando convertir el teatro en un medio didáctico para reformar las costumbres. De las cinco comedias que escribió destacan El viejo y la niña y El sí de las niñas en las que defiende el derecho de la mujer para elegir libremente al marido.

 

En esta última, la más conocida y que se sigue representado hasta hoy, ataca la educación hipócrita de las jóvenes en los conventos de monjas y los matrimonios por dinero entre ancianos y jovencitas y realza el valor de la libertad y la sinceridad. En La mojigata critica la hipocresía y la falsa piedad. La comedia nueva o El café es una burla hacia los dramaturgos que ignoran las reglas del teatro clásico.

Frente al teatro neoclásico existía un teatro más aplaudido por el público, aunque no contaba con el entusiasmo de los ilustrados; se trata de los sainetes, obras emparentadas con formas del teatro del Siglo de Oro como los entremeses.

Los sainetes son piezas cortas, en verso, cuya acción suele desarrollarse en Madrid, que están protagonizadas con personajes castizos madrileños: manolas, majos, maridos engañados, obreros, hidalgos, etc.

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